Uso Racional De Los Medicamentos

El presente capítulo tiene como finalidad ahondar en la necesidad del uso racional de los medicamentos como una forma de contribuir a la salud, al sistema, y cubrir las necesidades sanitarias de la población, con la participación de los pacientes, el personal sanitario y administrativo desde los aseguradores y los gestores farmacéuticos.

Los medicamentos son fundamentales para la prevención, curación, atenuación y tratamiento de las enfermedades y sus síntomas. Sin embargo, cuando se utilizan de manera inapropiada se convierten en una amenaza para la salud, como consecuencia de su falta de efecto, toxicidad o consecuencias no previstas.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud ha definido el uso racional de los medicamentos, cuando «los pacientes reciben fármacos apropiados para sus necesidades clínicas, a dosis ajustadas a su situación particular, durante un período adecuado de tiempo y al mínimo costo posible para ellos y para la comunidad».

De acuerdo con el Decreto 2200 de 2005, «toda prescripción de medicamentos deberá hacerse por escrito, previa evaluación del paciente y registro de sus condiciones y diagnóstico en la historia clínica, y cumpliendo requisitos referidos a que solo podrá hacerse por persona de salud debidamente autorizado de acuerdo con su competencia» (Ministerio de Salud, 2005).

Educación al paciente

Es prioritario brindar información a los pacientes sobre el uso de los medicamentos, las condiciones específicas de almacenamiento Ο administración. En este punto es relevante contar con alternativas sobre cómo comunicar dicha información; esto puede comprender desde la entrega de un folleto educativo, hasta un programa integrado de educación al paciente frente a su usO.

Es eficiente efectuar intervenciones conjuntas entre el prescriptor, el asegurador y el gestor farmacéutico frente a la dispensación y prescripción para prevenir pre errores de medicación y lograr la entrega correcta de los medicamentos. Los gestores farmacéuticos realizan seguimiento pacientes, a los identificando poliformulados (pacientes con más de 5 medicamentos) Ο patologías crónicas, y solicitando al prestador el seguimiento fármaco- terapéutico. Idealmente los gestores farmacéuticos pueden ser puente de comunicación con médicos de diferentes instituciones que atienden en determinados casos a un mismo paciente. Lo anterior con el fin de darles a conocer la poliformulación y la necesidad de hacer un seguimiento diferenciado a dicho paciente. De ahí la necesidad de reforzar el trabajo mancomunado.

Varias son las estrategias desarrolladas por los diferentes actores para hacer seguimiento y educación a los pacientes; Sin embargo, la tarea debe ser constante, identificando donde se presentan dificultades e implementando planes de mejora.

Adherencia al tratamiento

A pesar de todos los esfuerzos de los actores del sistema de salud por recuperar la salud y la calidad de vida de un paciente, estos no serían suficientes sin el compromiso y la participación de este y su entorno, siendo fundamental en su tratamiento y en todas las actividades para recuperar su condición de salud. Un hecho que preocupa al personal médico es la falta de adherencia al tratamiento formulado, o el abandono de tratamientos. Esto ocurre por diversas razones, entre las más representativas están: el olvido y confusiones de la medicación prescrita, temor a reacciones adversas, ausencia de mejoría, tardanza en la aparición de resultados, ausencia de síntomas, tiempo de evolución de la enfermedad, expectativas de curación, esperanza de vida, valor que otorgue a su situación en el envejecimiento, dependencia, tolerancia, entre otras.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) define la adherencia al tratamiento como el cumplimiento de este; es decir, la toma de la medicación de acuerdo con la dosificación y el programa prescrito. Otro elemento por considerar es la persistencia, definida como la toma de la medicación a lo largo del tratamiento según lo indicado.

Los factores socioeconómicos son una de las principales causas de abandono al tratamiento. La pobreza, el analfabetismo, el bajo nivel educativo, el desempleo, la falta de redes de apoyo social efectivos, las condiciones de vida inestables, la lejanía del centro de tratamiento, el elevado costo del transporte, el alto costo de la medicación, la cultura y las creencias populares acerca de la enfermedad y el tratamiento, así como la falta de red de apoyo familiar, entre otros, son factores y determinantes que llevan al paciente a no iniciar, olvidar o no continuar el tratamiento.

Por estas razones, es importante que se dé una aceptación convenida del tratamiento entre el paciente y su médico, que exista confianza en el profesional y una relación de colaboración entre las dos partes. Al contar con un centro de referencia, se garantiza que el paciente recibirá su tratamiento integral, en un mismo lugar.